Afortunadamente a finales de 2009 pude cancelar el préstamo hipotecario que pesaba sobre mi vivienda. Era novato en estas lides así que confié en que el banco (BBVA) se encargara del proceso: provisión de fondos, notaría, etc.
En Septiembre de 2011, la OCU dió la voz de alarma acerca de los abusos de notarios y registradores en las minutas de cancelación de hipoteca. Eché un vistazo a las facturas pertinentes:
- Notaría (notario Don Manuel Pablo Hurlé González de la notaría situada en la plaza de Santa Bárbara 3, 1º. 28004 de Madrid): 261,70 euros (debería ser 70 euros)
- Registro de la propiedad 35-54-55 (siendo registrador cotitular en la fecha de la factura Don José Vicente Torres Estébanez): 154,89 euros (debería ser 24 euros)
- Gestoría
Lo de la gestoría lo di por perdido pero inocente de mí pienso que reclamando se hará justicia y me devolverán lo cobrado de más. El proceso habitual:
- Registrador:
1.- Reclamación al Colegio de Registradores (núm 630/2011): denegada por haberla presentado fuera de plazo.
2.- Reclamación a la Dirección General de los Registros y el Notariado del Ministerio de Justicia: pendiente de respuesta (reclamación efectuada el 28 de Noviembre de 2011). Editado Enero 2013: desestimada la reclamación por haber sido presentada fuera de plazo.
- Notario:
1.- Reclamación al Colegio Notarial de Madrid: me piden que les envíe una copia de la escritura que se cancela. Con toda la documentación enviada, la reclamación es desestimada por estar fuera de plazo.
2.- Reclamación a la Dirección General de los Registros y el Notariado del Ministerio de Justicia: desestimada por haber sido presentada fuera de plazo.
No es que tuviera una gran esperanza en la justicia española, pero tras unas pocas experiencias con ellos mi conclusión es que reclamar al Ministerio de Justicia no sirve para nada. Por si había alguna duda acerca de cómo debe promoverse el bien común, el gobierno del PP sacó en Junio de 2012 nueva reglamentación para favorecer a notarios y registradores.
No puedo dejar de recordar a personajes insignes como Berlusconi, César Alierta o Jesús Gil, que se saltaron las leyes en su beneficio para luego recurrir a ellas en su defensa y alegar prescripción del delito.
Así que ya no puedo más que recomendar a los sufridos ciudadanos que tengan que hacer uso de los notarios (lo de los registradores va por demarcaciones, el que toque, tocó), que comparen varios presupuestos y que huyan de personajes como el notario Don Manuel Pablo Hurlé González porque corren grave riesgo de ser engañados.
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